Tarea 13.
Algunas opciones especiales.
Hoy vamos a imaginar una opción de ocio diferente a las que estamos acostumbrados. Vamos a salirnos de las típicas actividades que se suelen realizar en la mayoría de las zonas. Y por supuesto, vamos a disfrutar de nuestro entorno, realzarlo, conocerlo más a fondo, aprovecharnos de la situación privilegiada que tenemos en el mapa.
Vamos a realizar una salida para el avistamientos de aves, pero no una ruta ornitológica cualquiera, será una ruta nocturna. Nuestro objetivo será conocer las aves nocturnas de nuestro entorno.
Debido a la complejidad de la actividad, crearemos grupos muy reducidos, con un máximo cinco personas, contando con el monitor. Los integrantes serán jóvenes adolescentes, ya que pertenecen a un colectivo que considero difícil, por la edad en la que se encuentran, les cuesta prestar atención largo tiempo durante una tarea e incluso concentrarse. Y en este caso, tendrán que ser sigilosos, estar relajados y poner mucha atención a las pistas que nos den las aves y la naturaleza para el avistamiento.
Previamente, se habrá indicado a los participantes que deberán acudir con agua, ropa cómoda, calzado apropiado, chaleco o prenda reflectante y una linterna. Así, como otras recomendaciones como por ejemplo, repelente de mosquitos. La organización, se encargará de dotar a los participantes de alguna de los cosas anteriores (linternas o prendas reflectantes) si les fuera imposible hacerse de ellas. También se encargará de llevar prismáticos infrarrojos para los posibles avistamientos.
La actividad tendrá una duración aproximada de dos horas y se llevará a cabo en los alrededores de la localidad, después de la puesta del sol. Saldremos en grupo desde el punto de encuentro, ubicado a las afueras del pueblo, donde tendremos la primera toma de contacto y después de una pequeña charla indicando las pautas a seguir, repartiremos un folleto informativo con fotos y características principales de las aves que nos podremos encontrar en nuestro recorrido.
Es importante dejar claro que la naturaleza es imprevisible y que aunque nosotros pondremos todo de nuestras parte, es posible que la ruta no cumpla con los objetivos deseados. Por eso, es imprescindible ser realistas con los objetivos marcados y disfrutar de lo que la naturaleza nos quiera ofrecer esa noche.
En esta ruta tenemos que ser cautos y sigilosos, nos guiaremos por el canto de los pájaros nocturnos de las aves para localizarlas y observarlas sin intervenir. Iremos en silencio, nos mimetizaremos, en medida de los posible, con el entorno y así pasar desapercibidos para que las aves sigan su vida normal y así poder disfrutar de, por ejemplo, el búho chico, el cárabo, el mochuelo, la lechuza e incluso, con suerte, del búho real. Algunos de ellos no los veremos pero seguro que sí los escucharemos.
Después de la caminata, la organización deleitará a los asistentes de un pequeño aperitivo, seguidamente volveremos al pueblo finalizando así la actividad.
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